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domingo, 26 de octubre de 2014

EN IGUALA TODAVÍA....

EN IGUALA TODAVÍA

Anoche olvidé rezar. 
Discúlpame, es que estaba muy cansada. Apenas le di de cenar a tu hermana, me senté un ratito a descansar y ya no supe qué pasó. 

La niña también se quedó dormida con su cabecita sobe la mesa a un lado del plato vacío. 

Cuando la llevé a su cuarto abrió los ojos y me preguntó por ti. 

Le respondí lo de siempre… que ya vienes. Y ella, como siempre hace cada que pregunta por ti, hizo su berrinche y se tapó la cara con su cobija. 
Pero antes de salir, y sin descobijarse, me dijo con su vocecita enojada

— ¿Y si ya no regresa?

Me dio miedo responderle. 
Apagué la luz y salí de su cuarto.

Por un instante perdí la memoria. Olvidé los ruegos a Dios, se escondieron los rezos. No recordaba ni cómo comienza el Padre Nuestro. Y es que he llorado tanto tu ausencia; creo que con cada lágrima se extravió un poquito de mi fe.

Pero a ti no te olvido ni un instante.
¿Sabes qué cosa extraño más de ti?
El ruido de tus pasos por toda la casa.
Desde siempre eras incansable.
Creí que nunca pararías.
Cuando te fuiste a estudiar a Ayotzinapa los seguía escuchando.
Son de esas cosas que una madre guarda para siempre.
Ahora ya no los escucho.
¿Pero sabes qué creo que pasó?
Son todas estas marchas y movilizaciones.
Estoy segura ahí están también tus pasos, en medio de las pisadas de tanta gente que clama justicia, que los regresen vivos.
¿Verdad que si?
¿Verdad que vienes con todos ellos?
¿Verdad que por eso estás tardado en regresar?
¿Verdad que todos esos pasos nunca se detendrán?
¿Verdad que ustedes, los normalistas de Ayotzinapan, son quienes los guían?
¿Verdad?

Aún no amanece.
Seguiré esperando ver tu rostro en medio de toda esa gente que reclama por ti y tus compañeros.
Quiero verte regresar. 



autor:
https://www.facebook.com/jose.rodarte.92317

lunes, 17 de febrero de 2014

EL MISMO CIELO (NALLELY ALEJANDRA)



Cada despedida se ha hecho más difícil,
Pareciera que entre más se marca la brecha de la distancia,
Más razones para dudar sobre nosotros se abalanzan,
Miedos, fracasos, futuro incierto y un par de fantasmas.

Pero cuando te veo legar,
Cuando tu sonrisa ilumina mi mirada,
Cuando caminas hacia a mí y me abrazas,
Cuando juntamos nuestros latidos en una sola llamarada,
El ego se calla,
La pasión emerge,
El amor nos envuelve,
El tiempo se para.

Cuando estamos cerca todo es posible,
Cuando estamos cerca no existe la duda,
Cuando estamos cerca la tarde no nos dura,
Cuando estamos cerca vemos lo invisible.

Ahora, durante las tardes, veo del otro lado de la ventana,
Donde el sol alumbra con sus dorados rayos de adiós,
Te imagino del otro lado sonriendo,
Con esa mirada que hace ver incluso al ciego,
Y en ese momento mi corazón palpita más fuerte de nuevo,
Y en ese momento convierto en coraje, todos mis tormentos.

Nada nunca jamás podrá remplazar el estar cerca de ti,
El sentir el calor de tu alma y la perfección de cuerpo que me engrana,
Pero mientras tanto soñemos,
Mientras tanto agradezcamos de ser nuestros dueños,

Y simplemente pensemos, que estamos bajo el mismo cielo.