monstruos de la noche que me acechaban en días nublados,
Pareciera que yo quería recuperar mi antigua armadura,
pues mi ego y mi honor yacían muy golpeados,
mas la tremenda confusión que me causo,
esa serie de eventos y rechazos.
Si, así lo recuerdo,
era yo solo contra mis peores cuatro demonios,
yo los cree, yo les di vida, yo los deje salir,
como dragones enfurecidos destrozaban todo con su ira,
y mira nada mas, al final estos mismos me pusieron de rodillas.
A refugiarme en la montaña de la evasión me fui,
sin arma sin protección,
me dedique a ver mi reino destruir,
pero un día ya no pude mas,
a la antigua tierra prometida quería llegar,
de donde chico recuerdo yo que jugaba,
donde después de aquella tormenta que nos sacudió,
solo en mis recuerdos la recobraba,
y ahí mismo donde mis mas grandes sueños se encontraban,
si a ese lugar yo quería ir.
Me levante, tome mi manta de la certeza,
y el camino de la no-logica seguí,
en contra de todos y de todo,
mi camino andar decidí.
Y la vieja encrucijada final por fin llego,
eran ellos contra mi
era en ese momento morir o seguir,
era enfrentar el odio, la falta, el ego y el error.
era el entregar todo en batalla o vivir con mis faltas
del volver a huir y me prometí,
que jamas eso volvería a ocurrir.
En el momento mas angustiante,
en el momento donde perdía todo,
en el momento donde me sentía solo,
un pequeño rayo me llego como susurro cual hada llego a postrarse.
Fue obvio, si de esos 4 dragones existían
fue por que de mi propio corazón yacieron con vida
y es que al final no fue enfrentar lo desconocido,
si no enfrentar lo que era de mi mismo.
Y decidido salí al ultimo encuentro,
eran mis espejos, era lo que alguna vez me ayudo a vencer
y ahora fuera de control se me regresaba el revés
era ver en sus ojos la ira, que en mi propio corazón latía.
Me postre ante ellos, cuatro titanes gigantescos,
ellos envistieron
yo solo cerré lo ojos y recordé los dolorosos viejos momentos,
me perdone, cambie esa energía maligna
por un suspiro que sale del alma cuando esta se alivia,
me prometí no cobrar jamas otra venganza y pues al final
mis enemigos grandes lecciones me dieron
y son de las que ahora, me han convertido al hombre que quiero.
Cuando menos pensé, todo se acabo,
ya no habría mas batallas, ni enemigos que enfrentar,
ya se encontraba cerca mi paraíso terrenal,
solo que antes, con mucho amor, los daños tenia que reparar.